jueves, 23 de julio de 2015

La original Iglesia Ni Cristo



En Filipinas llaman la atención las muchas parroquias de la llamada Iglesia Ni Cristo. El nombre sorprende de entrada, porque parece decir que no las frecuenta ni dios. Pero, no van por ahí los tiros. “Ni”, en tagalo, significa “de”, con lo que tenemos que se trata de la Iglesia de Cristo.
Esta original iglesia la fundó en 1914 el filipino Félix Manalo, con la intención de acercarla a la auténtica doctrina de Cristo. Le sucedió su hijo, Eraño Manalo, y a éste su hijo, Eduardo Manalo. Como se ve, el negocio, que cuenta con más de cinco mil congregaciones, se mantiene en familia. 
La catedral de Manila parece empequeñecer cuando contamos las muchas sedes de la Iglesia Ni Cristo que hay en las Filipinas. Su influencia social, según dicen, es muy grande en las islas.

martes, 14 de julio de 2015

Las terrazas de arroz de Banaue



El viaje de Manila a Banaue son diez horas de carretera, con algunos atascos de por medio y circulación poco fluida. Por el camino, muchos arrozales, muchos triciclos y algunos pueblos que se alargan siguiendo la carretera. Se hace largo, pero a la llegada a Banaue, cuando estalla el verde de las terrazas de arroz escalonadas en la montaña, todo se da por bien invertido.
El Hotel Banaue and Youth Hostel es una buena base para visitar las antiguas terrazas de arroz. A bordo de un jeepney, y por caminos en general en buen estado, vale la pena acercarse a Batad. El último tramo se hace a pie, pero es mejor, ya que permite mantener hasta el final el suspense de una vista perfecta. Desde allí, las terrazas de arroz parecen haber alcanzado la perfección. 
En Hapao, también cerca de Banaue, el valle es más ancho y las terrazas de arroz se presentan de modo más armónico, sin tanta pendiente. Contemplarlas bajo la lluvia, cuando el agua desborda las canalizaciones, es una auténtica gozada. Definitivamente, merece la pena visitar Banaue, a los que algunos llaman “la octava maravilla del mundo”.

sábado, 4 de julio de 2015

Filipinas y el lejano pasado español



En Manila la mayoría de apellidos son españoles, pero muy poca gente habla castellano. Cierto que Magallanes tomó posesión de las islas, en 1521, en nombre de España, y las llamó Filipinas en homenaje a Felipe II, pero ha llovido mucho desde entonces. Las islas fueron españolas hasta que en 1898 pasaron a Estados Unidos, que organizaron la enseñanza en inglés. Los gringos se quedaron hasta 1946, y ahí siguen los filipinos, hablando inglés y tagalo, además de 111 dialectos.
Como lo que se lleva en Manila son los atascos, los vendedores ambulantes hacen su agosto en la calle. Venden de todo, incluso banderas de Filipinas para fomentar el ardor patriótico. Muchos te hablan en tagalo, una lengua musical que incorpora palabras en castellano, como los números, pasajero, aeroplano, mamón (un pan dulce), ensaimada (un bollo pequeño), paella, asado, etc. 
En los nombres de los barrios, como Ermita o Intramuros, se sigue notando la huella española, pero el inglés gana a la hora de comunicarse. Los filipinos suelen resumirlo así: “Vivimos 377 años en un convento, y 48 en Hollywood antes de llegar a se nosotros mismos”.