miércoles, 27 de abril de 2016

En el cementerio acatólico de Roma

Roma siempre vale una escapada. Esta vez estoy sólo unos días, pero el tiempo suficiente para comer en el Trastevere, visitar el Panteón (mi monumento favorito), abrirme paso entre la multitud turística que llena la Piazza Navona, ir al mercado de Testaccio, subir a la colina del Gianicolo (Ah, la grande bellezza) e ir  lugares que todavía no conocía, como el cementerio acattolico de Roma, donde yacen ilustres como John Keats, Percy Shelley y Antonio Gramsci.
El cementerio protestante (los italianos lo llaman acattolico) se encuentra cerca de la pirámide Cestia, un monumento interesante terminado en el 12 aC. como tumba de Galo Cestio Epulone.
El cementerio, lleno de árboles y plantas, es agradable, en especial cuando aprieta el calor. Se encuentra cerca de la Porta San Paolo y del Testaccio. Henry James escribió sobre él: "Es una mezcla de lágrimas y sonrisas, de piedras y de flores, de cipreses de luto y de cielo luminoso, que da la impresión de ofrecer una mirada a la muerte desde el lado más feliz de la tumba".

miércoles, 20 de abril de 2016

En el ashram de Gandhi

Ahmedabad es una ciudad caótica que se transforma en un oasis cuando entras en el ashram del río Sabarmati. Allí vivió Gandhi durante unos años, y desde allí salió el 12 de marzo de 1930, junto con 78 compañeros, para su famosa Marcha de la Sal, en la que recorrió 380 kilómetros para protestar contra una ley británica. Contemplar el lugar donde hilaba Gandhi contagia una agradable paz espiritual.
En el ashram hay una buena librería, con todos los libros de Gandhi y sobre Gandhi que se han publicado en varias lenguas, una biblioteca de consulta y varias salas de exposiciones en los que se repasa la vida de ese gran pacifista que nunca obtuvo el Premio Nobel de la Paz. Donde se registran más colas es en el pabellón donde vivió durante varios años.
Delante fluye el río Sabarmati. Alrededor se encuentra la ciudad de Ahmedabad. Es irónico, por cierto, que el ashram se encuentre hoy entre una cárcel y un crematorio.

lunes, 18 de abril de 2016

Las vacas indias están por todas partes

Llega un momento, viajando por la India, en que dejas de fijarte en las vacas. Van sueltas por medio de la calle, por los mercados, por los autopistas... Van a la suya. Incluso vi a una que comía restos de cajas de cartón junto a una tienda. Allá ellas, piensas. De todos modos, cuando vas en un rickshaw y te sorprende un atasco en el que también participa una vaca empiezas a pensar que lo de dejar sueltas las vacas por la calle muy normal no es.
Esta vaca, por ejemplo, en la ciudad de Ahmedabad, iba abriéndose paso como podía entre los rickshaws. No se la ve muy estressada, la verdad, pero me hizo pensar en el Haddock de Tintín en el Tíbet, cuando le da por saltar sobre una vaca para salir de un impasse y se encuentra cabalgando sobre ella por las calles de Nueva Delhi. En fin, que Tintín siempre te da lecciones viajeras.
Ahmedabad, vacas al margen, es una ciudad agradable en su parte vieja, con mezquitas antiquísimas y unas calles que son como un gran mercado esparcido por toda la ciudad. Con muchas vacas, eso sí.



viernes, 15 de abril de 2016

Los últimos leones de la India

Hay, en el estado de Gujarat, en la India, unos cuantos leones que figuran entre los últimos de la reserva de Gir. Se les ve vagos y adormecidos, pero esto no impide que una multitud de indios acudan a la reserva para contramplarlos y fotografiarlos.
 Dicen que hay unos quinientos en total, pero como el paisaje no es como el de la sabana africana, no resulta fácil verlos. Además de leones, en Gir hay también leopardos, hienas, antílopes y otros animales salvajes. Merece la pena ir allí, a primera hora del día, para intentar verlos.
Hay varios hoteles en la reserva, lo que demuestra que el bosque de Gir es un buen atractivo para los miles de turistas que acuden cada año en la India. La cantidad de camisetas con un león estampado demuestra que son un buen negocio.