sábado, 26 de julio de 2014

Esplendor de Angkor Wat



De entre todos los templos del recinto de Angkor, el más impresionante es el que lleva el nombre de Angkor Wat. Impresiona por su antigüedad (siglo XII), por sus enormes dimensiones y por la voluntad de reproducir el mundo, con torres en forma de piña que representan las montañas y un lago que simboliza el mar. A pesar de las multitudes, Angkor Wat, el símbolo de Camboya, sobrecoge.
Los tres recintos rectangulares concéntricos, a diferentes alturas, semejan un laberinto en el que se esconden estatuas doradas y tesoros como los bajorrelieves, que merece la pena estudiar al detalle. Basados en el Mahabharata y el Ramayana, sorprenden por sus numerosos personajes, en especial los dioses y las apsaras, o bailarinas celestiales. 
Monjes budistas de distintos países peregrinan a Angkor Wat en busca de la perfección. Una vez allí, oran, admiran y meditan, aunque en determinados momentos, sin que puedan evitarlo, les sale la vena turista.

viernes, 18 de julio de 2014

El horrible rastro de muerte de Pol Pot



En el templo de Wat Thmei, en Siem Reap, reina la paz característica de los santuarios budistas, pero también el intenso dolor de la guerra. En una pequeña estupa, junto al gran templo, se amontonan los cráneos de las víctimas de los jemeres rojos, la organización guerrillera camboyana que, bajo el mando de Pol Pot, tomó el poder entre 1975 y 1979. Más de dos millones de personas murieron por culpa de una terrible dictadura que pretendía refundar el país partiendo de los orígenes de la civilización.
Para los jemeres rojos, la vida en el campo era el punto de partida de todo. Los que vivían en las ciudades eran reeducados enviándolos a trabajar en el campo, y los que llevaban gafas eran acusados de intelectuales y considerados sospechosos de traición al pueblo. Fueron muchos los que fueron asesinados en medio de esta gran locura. 
Cerca de Siem Reap, el Museo de las Minas Terrestres, fundado en 1997 por Aki Ra, ex niño soldado bajo los jemeres rojos, muestra el horror de aquel régimen y las minas, balas y obuses que, todavía hoy, hacen de buena parte de Cambodia un lugar intransitable. Se calcula que todavía quedan unos cuatro millones de minas en territorio camboyano. Por desgracia, el rastro de la muerte sigue estando allí.

viernes, 11 de julio de 2014

Siem Reap, la ciudad junto a Angkor



Pocos turistas visitarían la ciudad cambodiana de Siem Reap si no estuviera junto a las ruinas de Angkor. El esplendor de Angkor centra todas las miradas, pero cuando cae la noche el centro de Siem Reap vibra con su animado mercado nocturno, los cientos de tuks tuks y los muchos bares y restaurantes. En Pub Street es donde se concentra la mayor oferta, con bares como Le Tigre du Papier, The Red Piano, Miss Wong o The Angkor What?, que se subtitula “promoting irresponsable drinking since 1998”.
En Pub Street se puede encontrar de todo, con música en directo y sonrisas orientales. También te ofrecen pizzas con carne de cocodrilo y, en el mercado nocturno, especias y ropa a muy buen precio, falsificada o auténtica. No puede faltar, claro está, la camiseta de un falso Tintín, que en esta ocasión visita Cambodia, un país en el que nunca estuvo. 
La noche se alarga en Siem Reap, paseando junto al canal o bebiendo cerveza en sus bares más canallas, como el X, donde se puede jugar al billar o disfrutar del aire nocturno en una terraza con vistas sobre el canal. Lo demás es silencio.

jueves, 3 de julio de 2014

Regreso a Angkor



Había estado en Angkor, la antigua capital del imperio jemer, hace diez años. Recuerdo que llovía y que no había demasiada gente en este recinto con incontables templos dispersos en la jungla. Yo había alquilado un tuk-tuk y me dedicaba a ir de templo en templo sin salir de mi asombro. Hoy, sin embargo, hace sol y Angkor está lleno de turistas. Se hace incluso difícil avanzar, pero templos como el de Ta Prom, con unas raíces gigantes que parecen monstruos abisales dispuestos a engullirlo, consiguen cautivarme de nuevo.
El hecho de que por estos parajes se moviera Angelina Jolie, en Tomb’s Raider, ha hecho que Ta Prom se convierta en el templo más deseado. Todos quieren hacerse fotos en plan Angelina, con las raíces destructoras como fondo, todos quieren ser un superhéroe en Angkor. 
La entrada a través del templo de Bayon ya avisa que Angkor es un monumento diferente. Las más de cien caras sonrientes grabadas en la piedra advierten que este lugar es único en el mundo. Los otros muchos templos son también una maravilla, sobre todo el gran templo de Angkor Wat. Angkor no se acaba nunca, no cansa nunca… Me descubro, al salir del recinto, pensando cuando regresaré a Angkor. Acabo de salir y ya echo de menos tanta belleza.