Estuve en Nicaragua hace muchos años, y ya entonces me encantó el país. Me marché sabiendo que un día volvería y que tenía una asignatura pendiente: ir a San Juan del Sur. Por varios motivos no pude viajar entonces a esta localidad del Pacífico cercana a la frontera com Costa Rica, pero en esta ocasión era consciente de que no podía saltármela. Llegué hace unos días de noche, tras un largo viaje por avión y carretera, cansado y con sueño, pero apenas vi la playa de San Juan supe que el viaje había valido la pena.
Hay en San Juan una buena playa de arena y un ambiente alternativo y surfero. Será por eso que hay quien la llama San Juan del Surf. Los bares abiertos a la playa, con nombres tan imaginativos como "Dale pues", son de ésos en los que puedes dejar pasar la tarde con una cerveza Toña a mano y una música que contagia alegría. O un ron Flor de Caña, claro. La vegetación tropical que envuelve a la ciudad y la simpatía de los nicas acaba de redondear la jugada.
Los autobuses de larga distancia, llenos de colores y de invocaciones a Dios, son una buena invitación a viajar por este pequeño país en el que siempre te sientes bien acompañado.