A una sesentena de kilómetros de Turpan se encuentra Shan Shan, una ciudad escoltada de dunas en cuya parte antigua se nota el ambiente uygur. La provincia de Xinjiang estaba poblada en un 90% por uygures hace treinta años, pero el desplazamiento de población promovido por el Gobierno chino ha hecho bajar la cifra al 60%. En el centro de Shan Shan, sin embargo, los uygures son clara mayoría.
Los uygures, de religión musulmana, se diferencian de la mayoría han muy facilmente. En el mercado nocturno de Shan Shan puede verse también las diferencias que hay respecto a la cocina, muy sabrosa y barata. El pan característico del Asia Central está muy presente en las calles.
En China no suele ser fácil buscar un hotel que admitan extranjeros, pero el hecho de ir con Gao, una amiga china, facilita mucho las cosas. Nos instalamos en el Ming Sheng Plaza Hotel, un hotel en el que casi todo está bien. Los cristiales, sin embargo, están tan sucios que no te permiten ver si la ventana da a un parque, a una calle o a una pocilga. En fin, ya lo veremos cuando salgamos a la calle.
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