En Uganda te encuentras a menudo con esa gran fauna africana que nos deja a los europeos con la boca abierta y los sentidos alerta. Es cierto que aquí no hay el exceso que puede haber en las vecinas Kenia y Tanzania, donde las manadas de cebras y ñus campan a sus anchas, pero también lo es que aquí no hay cincuenta vehículos de turistas por cada león. En Uganda todo tiene una dimensión más asequible, aunque los leones trepadores de árboles de Ishasha merecen todos los aplausos.
Y no son sólo los leones. En el mismo parque Queen Elizabeth, al sur de Uganda, abundan también los búfalos y los elefantes, que suelen caminar con esa parsimonia que parece heredada de siglos, de cuando el hombre era muy poquita cosa en medio de una naturaleza abrumadora.
Cuando te encuentras con un espectáculo así, te das cuenta de que todos los inconvenientes que puede ocasionar un viaje a África merecen la pena.
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