martes, 20 de septiembre de 2016

Las dunas de Dunhuang, en China

Hay muchas Chinas y casi todas merecen ser visitadas. En la provincia de Gansu, la ciudad de Dunhuang atrae a los turistas sobre todo por las maravillosas cuevas de Mogao, con pinturas budistas asociadas a los grandes exploradores Aurel Stein, Sven Hedin, Lecoq, etcétera. Muy cerca de la ciudad, sin embargo, hay otra atracción que atrae a millones de chinos: las dunas de Mingsha Shan, las dunas que cantan. Allí puede comprobarse que no se entiende la etiqueta "turismo de masas" hasta que ves desembarcar a los chinos.
Ver como toman las dunas al asalto es un espectáculo increíble, hasta cierto punto descorazonador. "De todos modos, estás de suerte", me comentó un amigo chino, "tienes suerte de no haber venido en temporada alta. Entonces casi no puedes ver la arena por la mucha gente que la invade". Sea como sea, la visión del cercano templo de la Media Luna, junto a un lago que logra sobrevivir en el desierto, logra enlazar con la Gran Belleza.
Vuelve la paz junto a este tiempo increíble, vuelve la sensación de que merece la pena iniciar un viaje por la Ruta de la Seda por la agradable ciudad de Dunhuang.

 

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