En Islandia, las piscinas de agua caliente son el mejor club social.
Allí se reunen las familias, se coquetea, se conoce a la futura novia
(o novio) o simplemente se pone uno en remojo en unos "hot pots" que
para mi siempre están demasiado calientes. Si con esto no basta,
uno puede hacerse la ilusión de que está en una playa como las del
Mediterráneo en Nauthólsvik, en el mismo Reykiavik. En verano el agua se calienta con los
excedentes de la energía geotérmica, pero en invierno los frioleros
prefieren quedarse en la piscina de agua caliente que hay a unos pasos
de la playa. Sin moverse demasiado y con una copa o una cerveza en la
mano. A la islandesa.
A menudo, en las piscinas, cuando ven a un extranjero suelen dirigirle la pregunta "How do you like Iceland?". Es una manera de romper el hielo, y nunca mejor dicho, sobre todo en invierno. De todos modos, hay que reconocer que, incluso en Nauthölskik, hay algunos valientes que desprecian la piscina y prefieren nadar en las frías aguas de la bahía.
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