He vuelto a Islandia, esta vez en invierno, para descubrir con mi amigo
Andoni Canela, excelente fotógrafo, el maravilloso país de siempre,
pero cubierto por el hielo y la nieve. Esta isla nunca deja de
sorprenderme, siempre para bien. La actividad volcánica, las fuentes
termales y la belleza inquietante de las auroras boreales completan la
calidez de sus habitantes. Circular por las carreteras heladas de
Islandia ha sido un placer. Estoy seguro de que volveré.
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