En Dubai, el exceso es norma. Es
por ello que no me sorprende, de paseo por el zoco, ver en el escaparate de una
joyería un anillo de 64 kilos de peso. Casi todo es de oro de 21 quilates,
aunque también hay 5,17 kilos de piedras preciosas. Pero, ¿a quién
puede interesarle comprar un anillo tan grande? ¿Qué haría con él? ¿Lucirlo
como un flotador alrededor de la cintura? Probablemente nadie lo comprará,
pero, lo dicho, en Dubai se lleva un exceso que les impulsa a hacer siempre lo
más grande del mundo. Para deslumbrar, claro.
Hay quien a Dubai prefiere
llamarlo You Buy. Suena parecido y remite a la fiebre de las compras que domina
este emirato en el que el dinero circula a espuertas. Hay unos dos millones de
habitantes en Dubai, de los que 1.100.000 son trabajadores extranjeros. Cuando se quedan sin trabajo, tienen dos meses para encontrar otro. Si no lo
encuentran, fuera. Así se explica que las cifras del paro sean
bajas en Dubai.
Los ricos de Dubai suelen salir
cuando se pone el sol y la temperatura se suaviza. Es entonces cuando ves
aparecer los Ferraris, Lamborghinis, Mercedes y otros juguetes de los jóvenes ricos del emirato. Se trata, una vez más,
de mostrar al mundo que tienen dinero, mucho dinero. A pesar de que a su alrededor sólo hay desierto... Bueno, y petróleo, claro.
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