Hasta ahora los vampiros siempre se habían asociado con Transilvania, y más en concreto con Rumanía y el conde Drácula. Pero desde hace unos meses se habla de los vampiros búlgaros de Sozopol, una población búlgara a orillas del Mar Negro. Allí encontraron, el pasado mes de junio, un par de cadáveres con estacas clavadas en el corazón.
En la visita al yacimiento, compruebo que los arquólogos siguen trabajando a fondo y que van apareciendo más cadáveres. Con estaca, de momento, sólo dos. Los expertos concluyen que se trataba de un ritual vampírico: los clavaban con una estaca al suelo para evitar que salieran de noche a hacer de las suyas por un pueblo que, en invierno, parece estar en letargo a la espera de la animada temporada de verano.
Hay quien dice que estas excavaciones están ayudando a promocionar a Sozopol de cara al turismo. És más, hay quien ya está pensando en abrir un Bar Drácula el próximo verano. Cualquier idea es buena para salir de la maldita crisis.
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