Matala Beach
fue, en los años sesenta y setenta, una playa idolatrada por los hippies, un lugar que se ganó por
méritos propios, como Ibiza y Formentera, el derecho a figurar en el mapa alternativo de
Europa. Fueron muchos los hippies que
se dirigieron a Creta sólo para ir a Matala Beach, una playa rodeada de cuevas que
en los siglos I y II fueron utilizadas como tumbas. Los hippies vivían en ellas y disfrutaban bañándose desnudos en unas
aguas que, según la mitología, habían acogido al mismísimo Zeus.
Cuando Zeus, disfrazado
de toro blanco, raptó a la princesa Europa en algún lugar de Fenicia, llegó a
Creta por esta playa. Allí se transformó en un águila y se la llevó a las
montañas, donde hicieron el amor. El nombre de Europa, por tanto, está ligado
de algún modo con Matala Beach. La historia reciente, sin embargo, nos habla de
los hippies que allí vivieron. Los
militares y la iglesia acabaron expulsándolos, pero aún queda alguna pintada
que recuerda que aquella playa fue un paraíso alternativo.
La cantante
canadiense Joni Mitchell figura entre los famosos que acudieron a Matala en los
años de peregrinación hippy. Nos dejó
una canción como recuerdo, Carey. Es
de 1971 y dice entre otras cosas: “La noche es una cúpula estrellada y están
tocando este rock and roll rasgado bajo la luna de Matala…”.
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