Recuerdo que, en
un viaje por Creta en el año 2006, fui a parar, sin proponérmelo, al pueblo de
Fodele, que se enorgullece de ser la cuna de El Greco. Bueno, hay quien dice
que en realidad nació en Candía (la actual Heraclión), pero es mejor no decírselo
a los habitantes de Fodele, orgullosos del pequeño museo dedicado al
artista. En cualquier caso, el pintor se marchó de Creta a los 26 años, vivió
diez años en Italia (en Venecia y en Roma) y en 1577, a los 36 años, se
estableció en Toledo, donde residió el resto de su vida. La belleza de Creta, sin
embargo, le marcó para siempre.
Dado que El
Greco falleció en Toledo hace cuatrocientos años, en 1614, estoy seguro que en
este 2014 tendremos buenas dosis de este artista del
Renacimiento. Es lo que tienen los aniversarios redondos, que sirven para
llenar muchas páginas de periódicos y muchas horas de televisión. El arte de El Greco se asocia con Toledo, pero resulta interesante sumergirse
en la Creta que
vio crecer al pintor. Allí, a partir de los iconos representativos de la
iglesia ortodoxa, y de la cegadora luz mediterránea, uno se
hace a la idea de donde surgieron las figuras y los colores de El Greco.
Más que el museo, con reproducciones
de cuadros del artista, me gustó en Fodele la iglesia de Todos los
Santos que hay enfrente. Es del siglo X y está enmarcada en un valle de fertilidad garantizada. El pequeño río, los olivos, los naranjos,
los algarrobos… le dan a Fodele un inequívoco sabor mediterráneo, en una isla
bellísima, la de Creta, en la que mar y montaña están siempre presentes.
Una isla maravillosa, para echarla de menos por mucho tiempo.
ResponderEliminarSupongo que las montañas del fondo son las Léfka Óri...