Dos ríos se
cruzan cerca de la ciudad china de Jianshui, zigzagueando como lo harían dos
dragones inquietos. Justo allí se levanta un maravilloso puente que recibe el poético
nombre de Puente de los Dos Dragones. Al atardecer, cuando lo envuelve la luz
cálida, su belleza resulta hipnotizante.
Cuando se
construyó el puente en el siglo XVIII, durante la dinastía Qing, sólo tenía
tres arcos, pero se fue ampliando con los años hasta alcanzar los 148 metros de
largo y los diecisiete arcos que tiene hoy.
En Jianshui, la espaciosa y armónica casa de la familia Zhu se ofrecen como
contrapunto del bello puente. Para rematar el día, nada mejor que comer
los fideos locales, que reciben el nombre de fideos al otro lado del puente.
Cuentan que una mujer los preparaba para su marido, que estudiaba al otro lado
del puente. Para que no se enfriaran, llevaba el caldo en un termo y los
ingredientes aparte. Al cruzar el puente, echaba los ingredientes al caldo y
así la sopa llegaba caliente al marido. La receta es sencilla, pero deliciosa.
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