La ciudad de Shakhrisabz, nombre que significa “ciudad verde”, está situada en una fértil llanura a unos 80 kilómetros de
Samarkanda. Allí nació en 1336 el gran conquistador Tamerlán, y en esta región
pasaba sus inviernos, en el siglo IV a. C., Alejandro Magno. Aquí, por cierto,
fue donde conoció a la guapa y mítica Roxana.
Del que fuera Palacio de Verano de Tamerlán, el más
grande de los edificios jamás construidos por el conquistador, sólo quedan en
pie dos inmensos pilares, de 88 metros de altura, cubiertos en algunas partes de
mosaicos blancos, azules y dorados. Entre ellos había un gran arco de 22,5
metros de ancho, pero se hundió hace 200 años, y hoy sólo permanecen en pie los
pilares. Son suficientes para hacerme una idea de las gigantescas dimensiones del palacio
del último de los grandes conquistadores nómadas de Asia Central.
Cerca de los pilares se levanta una gran estatua
de Tamerlán (aquí todo es de medida XXXL), que recuerda a los uzbekos el gran poder que llegó a acumular el
conquistador. Llevados por la tradición, muchos ciudadanos dan tres vueltas alrededor
de la estatua en busca de suerte. Yo me cansé a la segunda, pero, bueno,
supongo que alguna suerte me dará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario