Geghard es un monasterio armenio
con una fuerte carga mística, impresionante, fundido con las rocas y un entorno
maravilloso. Dice la leyenda que fue fundado en el siglo IV por ermitaños que
empezaron viviendo en cuevas. Es creíble, sobre todo cuando, al fondo de la
iglesia principal te encuentras con esa fuente que mana de una cueva con
columnas primorosamente labradas a base de mucha paciencia, dedicación y años.
Geghard emociona y, con sus numerosas cruces esculpidas en la roca, convence de
la fuerza de la antigua Armenia, cobijada entre montañas y rodeada de reinos
musulmanes.
Aseguran que en Geghard se guardó
durante siglos la lanza con la que el soldado Longino hirió a Jesucristo cuando
estaba en la cruz. En otro lugar sería sin duda una leyenda; aquí, sin embargo, vuelve a ser creíble.
La lanza fue trasladada al museo de Echmiadzin, el Vaticano armenio, pero es el
monasterio de Geghard, destruido por los árabes en el año 923, el que tuvo la
custodió en los momentos más duros.
Geghard es, además de
hermoso, laberíntico, lo que permite al visitante ir descubriendo rincones a
primera vista inexistentes. Entrar en una cueva, por ejemplo, y encontrar al
fondo una gran sala con columnas finamente labradas, robadas a la roca, que dan
fe, en medio de una oscuridad misteriosa, de la persistencia de una Armenia que
adoptó el cristianismo antes que nadie, en el año 301.
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