Aunque Nagorno
Karabakh se proclama independiente, la
ONU no lo incluye en su listado oficial de estados. Ahora
raramente aparece en las noticias, pero sí lo hacía en los años noventa, cuando
azeríes y armenios libraron una guerra que acabó ganando Armenia en 1994. Desde entonces,
Nagorno Karabakh parece vivir en tierra de nadie, por lo que no me extraña que
una espesa niebla envuelva este no país a mi llegada, difuminando los perfiles de los edificios y las siluetas de sus habitantes.
Las demasiadas casas destruidas dan testimonio en la ciudad de Shushi de la dureza
de una guerra que sus vecinos se esfuerzan en olvidar. Como prueba, la siguiente
foto: una lujosa limousine engalanada para una boda frente a un degradado bloque de apartamentos del
período soviético.
La limousine, la niebla y la sensación de abandono de los apartamentos parecen componer un poema visual que bien podría titularse "Nagorno Karabakh". El nombre de este no país, por cierto, demuestra que estamos en
un cruce de culturas del Cáucaso: Nagorno en ruso significa Alto o Montañoso, mientras que
Kara es negro en turco y Bakh jardín en persa. La primera impresión, envuelto en
un manto de niebla, es que este “montañoso jardín negro” sigue a la espera de que la Historia defina su
futuro.
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