Ignoro qué tanto
por ciento de los 38.000 kilómetros cuadrados de Bután corresponde a la
montaña. Muy elevado, seguro. En el Himalaya es así. Pero es en los valles
donde encuentras la explosión de vida. Junto a los ríos de aguas bravas hay una
tierra fértil donde se cultiva arroz. Una contradicción, por cierto: mientras
que en todo el país está prohibido fumar, las plantas de marihuana crecen
libremente en el monte, aunque es obvio el señor de la foto prefiere otras
hojas para alimentar a sus cabras.
Cuando vas de
excursión, los campos de arroz son una delicia para la vista, sobre todo en
primavera, cuando se visten de un verde deslumbrante. En Punakha, el valle de
clima más templado, logran dos cosechas por año; en el resto del país, sin
embargo, una y gracias.
El animal
nacional de Bután es el takín, medio cabra y medio vaca, que llega a pesar
hasta 350 kilos. Recuerda al buey almizclero, pero sin tanto pelo. La flor
nacional es la amapola azul y el árbol nacional, el ciprés. Y así, lentamente,
paso a paso, camino de la felicidad.
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