¿Dónde han ido a parar los míticos “dhows” de Omán. Pues a
los museos. Cuando hablo de “dhows” me refiero a aquellos hermosos barcos
equipados con un mástil y vela triangular que navegaron en el pasado por el
océano Índico para llegar, con el viento a favor de los monzones, a las costas
de la India,
Kenya y Zanzíbar. Todavía hoy, en Zanzíbar y Lamu, los he visto navegar con
elegancia, pero no aquí, en Omán. En la ciudad de Sur siguen construyéndolos
como antes; bueno, no exactamente como antes, ya que el mástil y la vela han
desaparecido.
Sur es una hermosa ciudad abierta al mar, con unos
astilleros antiguos donde aún hoy los artesanos trabajan la madera con tesón
para construir los “dhows”. Los tiempos modernos, sin embargo, les han hecho
prescindir de la vela. No es extraño en un país en el que la gasolina va a 0,20
euros el litro, pero con su desaparición se ha perdido belleza y romanticismo.
Hay que acudir al museo de Sur para ver un “dhow” como los de antes, con
mástil, pero varado en el cemento.
Jordi Esteva, en su libro Los
árabes del mar, nos habló de aquellos viejos navegantes, émulos de Simbad,
que desafiaban el peligro del Índico. Por desgracia, en Omán hoy ya sólo sobreviven en
los libros. Es una lástima, pero la riqueza del petróleo y del gas ha acabado por anular aquellos
míticos veleros.
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