domingo, 13 de octubre de 2013

Monasterios tibetanos en Mongolia



Mongolia es, junto con Bután, el único país independiente donde la religión mayoritaria es el budismo tibetano. Fue en el siglo XVI cuando el budismo llegó desde el Tíbet, y se ha mantenido hasta hoy, con el paréntesis de la época comunista, en el que la religión estaba prohibida. Ahora, sin embargo, los monasterios experimentan un auge, como puede comprobarse en el de Gandan, en Ulan Bator. Cuenta con un Buda de 26,5 metros de alto, pero les parece poco y van a construir uno de 52. Otro monasterio importante es el de Erdene Zuu, situado en el interior de un recinto amurallado de Kharkhorin, junto a las ruinas de la antigua capital. Contaba con más de mil monjes en el siglo XIX, pero ahora sólo hay cuarenta. De todos modos, sigue impresionando por sus numerosos budas, máscaras y frescos; y por las murallas coronadas de estupas.
Otro monasterio que merece la pena visitar es el de Tuvkhun, uno de los más antiguos de Mongolia. Lo construyó en 1653, en lo alto de una montaña de 2.700 metros de altura, Zanabazar, el primer líder espiritual del país. Llegar hasta allí requiere esfuerzo, pero las vistas que se disfrutan desde allí, así como el ambiente de meditación y las rocas que infunden energía, compensan de sobras.
Un monasterio más pequeño, situado en un lugar encantador, es el de Uvgun, en los montes Khugnu Khaan. Una de las monjas que vive en él, cuyo nombre traducido significa Flor de Oro, estudió marxismo leninismo y fue bibliotecaria de la Escuela del Ejército. En 1992, sin embargo, aparcó su pasado para dedicarse con su madre a la restauración de este monasterio en el que su bisabuelo fue lama. “Mi vida ha cambiado mucho”, murmura. “Me gusta mucho más lo que hago ahora”. Escuchándola, se diría que los últimos años de la historia de Mongolia se resumen en ella.


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