Y ahora, tras unos pocos días de descanso en Barcelona, toca Panamá... De Turquía a Panamá hay un buen trecho, y no sólo en kilómetros, que también (diez horas de avión desde Madrid!). Pero en ambos países se está bien, muy bien. Europa y Asia versus América, versus el Trópico. De entrada, treinta grados y una humedad que te hace sudarlo todo. Panamá City deslumbra de entrada por sus muchos rascacielos y sus
muchísimos proyectos. Tienen dinero y no piensan parar hasta convertir
el país en un destino turístico
Han ganado tierras al mar, están renovando a fondo el Casco Antiguo y tienen un Museo Frank Ghery, un centro de convenciones y un puerto de cruceros en obras para inaugurarlo para el 2014, cuando el canal cumpla cien años. El canal es una máquina de hacer dinero. Llegan a los 10 millones de dólares diarios y, claro, con estas cifras es la Joya de la Corona. Visitarlo es obligado, aunque sea sólo para reconocerle sus méritos. El entorno es precioso: muy verde, como corresponde a un país en plena temporada de lluvias. Cuando se acerca la tormenta, muchos lo ven como una bendición del cielo. Entre el canal, que se encarga de los ingresos, y la lluvia, responsable del verde, Panamá va viento en popa.
Impresiona ver la gran obra del canal, e impresiona ver cómo pasan por las compuertas los barcos más grandes, los Pan Max, cargados hasta los topes de contonedores procedentes de China. Impresiona por el poco espacio que dejan, y es por eso que ya están construyendo un nuevo canal justo al lado, más ancho y más moderno. Hay que cuidar el negocio.
Cuando te alejas del canal, de la máquina de hacer dinero, vuelves a encontrar en Panama City las calles llenas de gente y de ilusiones. La gente se agolpa en los llamados Diablos Rojos, los populares autobuses que recorren esta ciudad de tráfico caótico. Pero, bueno, hay que tener paciencia: están construyendo el metro (otro gran proyecto!) y cuando esté listo, todo será distinto.
El futuro sonríe a Panamá, un país donde la crisis no se nota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario