Panamá es un país pequeño, pero con muchos contrastes. Es, como si dijéramos, un país con yin y yang. En el lado del Pacífico tenemos Panamá City y los apabullantes rascacielos, pero basta recorrer los 80 kilómetros que separan la gran ciudad del Caribe, al otro lado del país, para encontrarse con un paisaje absolutamente diferente. Estamos en Kuna Yala, el territorio de los indios kuna, que han conseguido preservado su cultura a través de los siglos. Viven en la costa y en las cerca de 400 pequeñas islas que se esparcen por un mar tranquilo, con arena blanca, coral, palmeras y unas aguas de un increíble color azul turquesa.
Las islas de Kuna Yala son un paraíso al alcance, con un paisaje de ensueño y gentes encantadoras. En algunas de las islas viven familias kuna que venden comida, bebidas frescas y artesanía.
Pero si prefieres una isla desierta también las hay, y muchas. De las 400 islas que se encuentran hasta la frontera con Colombia, sólo unas 40 están habitadas, y sólo en 10 de ellas hay unas pocas cabañas para los turistas. En cualquier caso, es un lujo navegar por aquí, siempre en busca de la isla perfecta.
Lo bueno es que más alla de cualquier isla hay siempre otra isla, tan o más bella que la anterior. Son todas llanas, pequeñas y del mismo formato: coral, arena, palmeras y agua clara, aunque de vez en cuando hay una que se singulariza: como esa isla recién creada en la que destaca una única palmera. Los kuna la han bautizado como la Isla Viagra. ¿Por qué será?
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