Hoy navegamos por el río Dalyan, muy cerca de la costa. Cañizares, aguas mansas, tortugas... y tumbas en el horizonte. El piloto se llama Murat. Ya ves: podríamos formar una sociedad: Murat & Moret. Al poco de salir de Dalyan me fascinan las tumbas licias excavadas a la roca: otra maravilla que nos retrotrae al espléndido pasado de esta región.
Poco después vemos unas tortugas (Cornetta Cornetta) que asoman a la superficie, atraídas por la comida que les ofrecen unos pescadores. Me gusta el buen rollo que hay por aquí: gente amable siempre dispuesta a la conversación y a sonreir.
Al final del recorrido, una larga playa de arena, otra de las muchas playas hermosas que hay por esta costa a la que estoy seguro que regresaré algún día.
De momento, sin embargo, el viaje por la costa licia llega a su fin. Toca regresar a Barcelona... para preparar un nuevo viaje.
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