viernes, 18 de enero de 2013

Noticia del Polo Norte, a 38 bajo cero


¡38 grados bajo cero! Brrr… Eso es frío, mucho frío, aunque hay quien piensa que yo me lo he buscado por viajar a Alaska en enero. Y si además de ir a Alaska me dejo tentar por la toponimia y decido pasar un par de noches en una cabaña de un pueblo llamado North Pole, peor todavía. ¡38 grados bajo cero! Brrr… La cabaña de troncos, en un bosque nevado, parece escapada de un libro de Jack London, aunque cuenta con una barbacoa y una mesa al aire libre que llevan a sospechar que en Alaska también existe el verano.
North Pole es un pueblo en plan Alaska, poco estructurado y con un pasado muy reciente. Pensaban ponerle Mosquito Junction, pero en los años cincuenta acabó triunfando el nombre de North Pole, con lo que se ha convertido en una especie de parque temático en el que una gran estatua de Papá Noel da la bienvenida a los visitantes que se dan el gustazo de enviar postales “desde el Polo Norte”.
En North Pole hay una calle Santa Claus, una casa Santa Claus, un parque Santa Claus... La tentación del Norte se resume bien en este pueblo, otro lugar límite que en diciembre registra colas de niños ateridos que vienen a entregarle la carta a Papá Noel. La casa de Santa Claus en Europa se supone en la Laponia finlandesa, pero en América la sitúan en el Polo Norte de Alaska. Son cosas de la geoestrategia del consumismo santaclausiano, aunque, con Papá Noel o sin él, en North Pole siguen a 38 bajo cero… Brrr!



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