Estos días que
hace frío de verdad me acuerdo de mi amiga Randi, una simpática noruega a la
que conocí hace unos años en Tromso, la hermosa ciudad del norte del país.
Randi se reía cuando veía en televisión que España se paralizaba porque había
nevado un poco, más o menos como ha pasado ahora. “Es gracioso lo que pasa en
España”, decía. “Cae una pequeña nevada y los informativos abren diciendo que
hay dos centímetros de nieve, que cierran las escuelas, que los transportes no
van, que todo se paraliza… Aquí estamos acostumbrados a seguir como si nada
aunque caiga una gran nevada. Para nosotros es la normalidad”.
Bueno, supongo que la nieve es algo
normal cuando vives por encima del Círculo Polar Ártico, cuando el récord de
nieve caída es de 2,40 metros (el 29 de abril de 1997) y cuando la temperatura
se acerca en invierno a los 20 grados bajo cero. Por no hablar de cuando sopla
la ventisca y sientes que el frío te penetra hasta los huesos.
Randi tiene razón: aquí somos unos
quejicas que paralizamos el país por una nevada que allí sería nada, pero
debería comprender que la nieve no es lo nuestro. Y que tampoco hemos crecido
con mentalidad de pioneros, como ella, que es nieta del último gran cazador de
osos, Henry Rudi, un aguerrido noruego, al que llamaban “El Rey de los Osos”,
que murió en 1970 después de haber matado nada menos que a 713 osos polares.
La vida aquí es mucho más tranquila,
sin osos polares que acechen y sin nieve que nos invada. Y tenemos además el
Mediterráneo, un mar amable que nos regala unos veranos sublimes que atraen en
masa a los turistas nórdicos. Claro que, para compensar tanto frío y tanta
nieve, también en los países nórdicos tienen la bellísima aurora boreal, una
diva que no siempre se muestra, pero que
cuando lo hace provoca “¡ohhhs!” de rendida admiración.
“Yo he visto auroras desde niña”, me
decía Randi, “pero aún hoy, cuando veo una de las más bonitas, me quedo
paralizada en medio de la calle, aunque haga mucho frío”.
Ambos estamos de acuerdo: la aurora
boreal es una maravilla. Y este año, el 2012, dicen que es de los mejores para
contemplarlas. Pues, nada, que habrá que ir preparando viaje hacia el norte… a
pesar del frío y de la nieve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario